2ª parte del Editorial “ El Problema Nacional de la Industria Forestal” publicado en  la Revista “Frente a la Selva” en el bimestre marzo-abril de 1950.

  1. La legislación forestal vigente está constituida por un cúmulo de disposiciones dispersas e inconexas. El Reglamento de la Ley Forestal de 18 de mayo de 1944, no recogió ni sistematizó las numerosísimas disposiciones contenidas en decretos, acuerdos y circulares publicados con anterioridad. Posteriormente a la publicación del reglamento, ha subsistido la práctica de dictar mandamientos legales en forma casuística y económica, dando por resultado que, en la actualidad, se carezca de ordenamientos rígidos.
  2. Uno de los puntos más importantes-quizá el más importante- es el relativo a la necesidad imperiosa y urgente de fomentar, por todos los medios al alcance, la industrialización en el país de nuestros recursos forestales, poniendo en juego las capacidades riquísimas de la iniciativa privada y el propósito decidido de colaboración por parte de las autoridades.
  3. Sobre este capítulo, en primer lugar, seguramente será beneficioso poner desde luego en circulación la gran riqueza representada por los terrenos forestales nacionales, cuyas enormes extensiones se encuentran en gran medida inexploradas. Ahora bien, esta posibilidad implica forzosamente la resolución concomitante de varios problemas de gran importancia, que se enumeran sintéticamente:
  4. Desde luego, la parte más considerable y rica de estas reservas se encuentran incomunicada respecto de los centros de población y de trabajo, por lo que es necesario construir las vías de comunicación que las haga accesibles.
  5. Las grandes extensiones de bosques nacionales, especialmente tropicales, por su situación geográfica y por sus condiciones climatéricas, exigen su colonización y saneamiento, como medida previa a todo intento de explotación.
  6. A medida que se vaya logrando el aumento en nuestra capacidad productiva industrial, será necesario limitar las exportaciones de productos forestales no industrializados en e país.

Conclusiones.

  1. Debe formularse desde luego un inventario completo de los recursos forestales de la nación, determinando la localización de las diversas especies que las integran y haciéndose un cálculo de las extensiones ocupadas y de la ubicación correspondiente. Complementariamente, es necesario formular, mantener al día y publicar periódicamente los números estadísticos sobre nuestra riqueza forestal, sobre las explotaciones autorizadas y las realizadas efectivamente, sobre los resultados de dichas explotaciones y sobre los movimientos de su comercio interior e internacional.
  2. La determinación del régimen jurídico de la explotación forestal es urgente e inaplazable.
  3. Debe hacerse una ordenación nacional de la explotación de nuestros recursos forestales, teniendo a la vista las posibilidades materiales de su aprovechamiento y el propósito de satisfacer preferentemente las necesidades de consumo doméstico, permitiendo la exportación de los excedentes en la forma más favorable para nuestro comercio exterior.
  4. La industrialización integral de nuestros recursos forestales será, sin duda , el medio más completo y provechoso para lograr los demás propósitos antes apuntados, es decir, la conservación de las reservas, su incremento y su aprovechamiento beneficioso para la economía nacional.
  5. Concretamente, pasando a tratar los asuntos relacionados con las explotaciones forestales en la península del sureste, se presentan las siguientes conclusiones:
  6. En términos generales, las conclusiones procedentes y las consideraciones hechas, son válidas en lo que respecta a la península del sureste.
  7. Es especialmente grave en estas regiones el problema de escasez de medios de transporte, sobre todo si tomamos en consideración la importancia y la riqueza potencial de las extensiones forestales que actualmente se encuentran intactas.
  8. Un problema peculiar del sureste, que debe ser estudiado con altura de miras y con limpieza de propósitos, es el del establecimiento de condiciones humanas de trabajo. Consideramos preciso emprender con esfuerzo decidido las labores necesarias para colonizar adecuadamente las selvas del sureste, para sanear los centros de población y para lograr la radicación de los elementos humanos de trabajo. Todos los cuales son requisitos indispensables para obtener la realización normal de los trabajos industriales.
  9. Algunas regiones, dentro de la península del sureste, han sido objeto a últimas fechas, de explotaciones extraordinariamente intensas y es urgente lograr su recuperación sistemática. Especialmente los bosques situados en una faja de 40 a 50 kilómetros, paralela al Río Hondo y a la Laguna de Bacalar, deben ser objeto de un trabajo organizado de repoblación, que haga posible recuperarlos.
  10. El prestigio nacional y los intereses elementales de la economía, no solamente regional sino del país entero, exigen la concesión de facilidades portuarias en el lugar adecuado del extremo sur del litoral oriental de la península de Yucatán , para facilitar la exportación directa de los productos industriales de la península, especialmente de la parte oriental del estado de Campeche y del Territorio de Quintana Roo.
  11. Por último, postúlese la necesidad de desplazar las explotaciones forestales en la península del sureste a nuevas zonas que actualmente se encuentran vírgenes.

José Antonio Ruiz Silva

Asociación de Cronistas e Historiadores de Yucatán A.C.

27 de mayo de 2023.