Artículo publicado en el libro Colonia Yucatán: Crónicas de la época dorada
2022.
“En Colonia Yucatán los directivos de las fábricas se preocupaban mucho para que hubiera distracción y esparcimiento entre los pobladores, y para ello construyeron un campo de beisbol, una cancha de basquetbol, un gimnasio para el boxeo, así como los boliches y el billar, estos últimos en el Casino. De esta manera los pobladores podían escoger para practicar el deporte que más le gustara.
“En el caso del deporte escolar, ahí estaba, por el año de 1965, el profesor Porfirio Matos García, quien se dedicó a fomentar esta actividad entre los alumnos de diversos grados de la escuela primaria Manuel Alcalá Martín de donde era director, llegando a establecer como norma que cada grado escolar dedicara al menos un día a la semana para la práctica de algún deporte.
“Para ello, el día dedicado a esta actividad los alumnos entraban a sus clases en el horario acostumbrado, pero a la hora del recreo que se daba a las 9 de la mañana el grupo correspondiente no regresaba a su salón de clase, dedicándose por completo a la actividad deportiva en la cancha de la localidad practicando basquetbol y volibol, o utilizando el parque y andadores para correr, de esta manera todos los niños de todos los grados participaban en alguna actividad física que combinaban con los estudios.
“Como resultado de esto, la escuela primaria empezó a participar en algunos torneos escolares y el profesor Matos, a pesar de no ser propiamente un profesor en educación física, se dedicó a promover el deporte entre el alumnado, incluyendo el desarrollo del atletismo en los niños mayores que cursaban 5º y 6º grados.
“Para ello, nos dice “Nelo”, muchos niños nos dedicamos de la mano del profesor Matos a entrenar en el campo de beisbol donde eran seleccionados aquellos que quisieran participar en alguna actividad deportiva, llegando a destacar en el atletismo, en velocidad y fuerza, entre otros Paulino Bates, Víctor Ávila y Jorge Rebolledo, todos de La Sierra, y por Colonia Yucatán Manuel Núñez, Campeón Ricalde y Jaime Contreras Jr., entre otros.
“En carreras participábamos Jorge Rebolledo y Manuel Núñez, pues a pesar de nuestra delgadez éramos muy rápidos ambos para recorrer los 100 metros, la carrera con vallas y el salto de longitud.
“Dadas sus aptitudes, Víctor Ávila se especializó en el lanzamiento de disco y bala, donde tuvo destacada actuación en las competencias escolares.
“Para los entrenamientos de los niños la empresa maderera preparó en el campo de beisbol una zanja de 10 metros rellenada con arena y aserrín, donde se practicaba el salto de longitud.
“Para la práctica de las demás actividades, como fueron el lanzamiento de jabalina, 100 metros planos, 100 y 200 metros con vallas, se utilizaba toda la extensión del enorme campo de beisbol.
“Para las carreras con vallas u obstáculos, en el departamento de carpintería nos fabricaron unas vallas de madera que consistían en dos postes y una varilla que se iban alzando conforme alcanzábamos las metas de altura hasta saltarlas con limpieza.
“De este grupo integrado por otros niños más, fuimos seleccionados en una ocasión para participar en un torneo estatal escolar que se realizó en el barrio de Bacalar de la ciudad de Valladolid contra niños de esa ciudad, de Tizimín, Espita, Calotmul, Izamal, Motul e incluso de Mérida donde ganamos en casi todas las especialidades pues prácticamente dominamos en todas ellas, como consecuencia de nuestros extensos y fuertes entrenamientos y a que las empresas madereras nos proporcionaron el material y equipo deportivo necesario como jabalinas y balas.
“Durante esos mismos años 60 se formó un equipo de beisbol con los niños de mayor edad, logrando a modo de fogueo y agarre de experiencia participar en un torneo local donde estuvieron el Campeón Ricalde, Muri Núñez, Jorge Rebolledo, Paulino Bates, Lauro Pérez, Manuel Núñez y Gapo Braga.
“Este torneo era para trabajadores y empleados mayores de edad que se desempeñaban en los diferentes departamentos de las fábricas, participando en los siguientes equipos: Lignum, Lignoplay, IMSS, Talleres, Escuela Primaria y uno del pueblo denominado Águilas que era patrocinado por algunos comerciantes de la localidad.
“El torneo se armó tratando de distribuir a los del equipo grande de Madereros en los demás equipos con el fin de buscar la equidad de fuerzas entre los seis equipos que participaron
“En el equipo de la escuela nos reforzaron con la participación de Enrique Serrato y Calin Canto, que estaban como novatos en el equipo grande de Maderera del Trópico. También contamos con el apoyo de Antonio Castillo y Felipe Poot, quienes formaban parte del equipo de Madereros Veteranos que dirigía don Enrique Morales.
“La participación del equipo representativo de la escuela primaria fue muy decorosa haciendo un buen papel, aunque a final de cuentas correspondió coronarse el equipo Talleres, que era muy bueno.
“Otras actividades deportivas en las que participaba la mayoría de los estudiantes eran los deportes de conjunto, principalmente el volibol femenil y el basquetbol varonil, para lo cual se armaban los equipos que encabezaban los más destacados, y de ahí cada uno por turnos iba escogiendo a sus jugadores bajo la vigilancia de los maestros que previamente se habían inscrito en el torneo.
“Y se armaba un torneo muy bueno; siempre preocupados por la actividad física, teníamos mucha actividad en la escuela.
“Había ese cuidado, esa tendencia de estar siempre ocupados y todos éramos muy competitivos, nadie se dejaba, todo en buena lid.
“El equipo grande de beisbol entrenaba los días martes y jueves de tres y media hasta las seis y media de la tarde, o hasta que la luz solar lo permitía. De esta manera se preparaban para participar los domingos en el campeonato de la Liga Oriental que organizaba el Primo Abraham como dirigente principal.
“Esta Liga Oriental de Beisbol alcanzó a ser una liga muy consolidada donde participaban equipos de Tizimín, Valladolid, Panabá, Izamal, Espita, Calotmul y Sucilá entre otros”.