Calor.
A propósito del calor extremo que estamos viviendo en estos días en toda la península de Yucatán y mucho más en nuestras desarboladas ciudades como Mérida.
Escribió en 1956 don Ermilo Abreu Gómez en su libro: Cosas de mi pueblo.
Canícula
¡Qué palabra más rara! ¡Canícula!
—Estamos en la canícula —dice la gente— poniendo cara de angustia.
La canícula es corta, pero hace estragos. El sol quema, se agosta el campo, se agrieta la tierra y el aire parece que arde. Las tortolitas gimen en la soledad y los perros, con la lengua de fuera se acurrucan en la sombra.
Lluvias orientales
En mi tierra, de junio a agosto, las lluvias vienen del Oriente. A eso de las dos de las tarde el horizonte se pone negro, las nubes avanzan y cubren la ciudad; sopla un viento recio y de pronto, desencadena el aguacero. Se encharcan calles y solares, patios y plazas. Todo el pueblo se inunda; más, llegada la noche, el cielo se despeja se llena de luceros y el aire, lavado, aromoso, nuevecito, se queda como temblando en las hojas de los árboles.
Resolana y resistero
Resolana y resistero son palabras que se usan mucho en mi pueblo. Resolana y resistero, según el diccionario, significan lo mismo, pero en mi pueblo tienen diferente valor. Resolana es recibir directamente los rayos del sol; en tanto que resistero es estar expuesto sólo a su reflejo.
Flor de mayo
Tal vez no sea cierto pero en ninguna parte he visto la flor de mayo que se da en mi pueblo. No hay flor más tierna ni más inocente. Huele a incienso y a iglesia de barrio pobre. Florece en mayo y se da en racimos. Los niños las juntan en canastillas y las ofrecen a la Virgen.
Tortolitas
En las horas del bochorno del medio día, el canto de las tortolitas es como el lamento del aire mismo ahito de cansancio y de soledad.
José Antonio Ruiz Silva.
Asociación de Cronistas e Historiadores de Yucatán A.C.
Abril, 2023