La señora Gladys Prego Galera firma sus escritos con el original nombre de” Abejita” como recordatorio hacia su esposo Rubén Hurtado, quien desempeñó diversos cargos administrativos en la década de los años 40 en las fábricas madereras de la Colonia Yucatán, en Zoh Laguna y en la ciudad de Campeche.
Señala que en Colonia Yucatán vivieron felices en la calle Selva Norte durante más de 20 años, hasta que las necesidades de educación de sus hijas los obligó a migrar a Zoh Laguna donde se asentaba la empresa Caobas Mexicanas otra de las empresas madereras que dirigía el Ing. Alfredo Medina Vidiella.
“Abejita” vivía en la ciudad de Mérida y menciona que “siendo novia de Rubén, éste, buscando un empleo supo que en las oficinas de Maderera del Trópico ubicadas en la calle 56 por el rumbo del Barrio de Santa Ana , solicitaban un contador , hacia donde se dirigió y consiguió el trabajo pero ¡ a la Colonia Yucatán,¡ un lejano poblado del municipio de Tizimín. Rubén aceptó el trabajo, aunque estaba muy lejos ese lugar porque lo necesitábamos, pues teníamos planeado casarnos. Estando él ahí, cartitas iban y venían y poco a poco fue superándose en el trabajo hasta que llegó la fecha de la boda en septiembre de 1946 y luego …rumbo a Colonia Yucatán.”
“Recuerdo que la carretera en ese entonces ¡era muy cerrada, pedregosa y tupida de monte y muy poco transitada, sin embargo, al llegar ahí se podía apreciar la manera en que los americanos hicieron el poblado muy bien trazado.
Pero para llegar, primero tomamos el tren a Tizimín, luego nos subimos a un camión de carga que nos llevó hasta La Sierra y de ahí nos trasladamos en una plataforma llamada truck. Esta plataforma era conducida por un señor y lo jalaba un caballo que le decían “¡Relámpago”, pero para que el pobre animal avanzara le reventaban con un chicote!”
“En ese viaje yo, como venía de la ciudad de Mérida, estaba bien vestida y calzada con zapatos de tacón, mismos que con la fuerza que traía el truck, volaron entre los matorrales. Así llegue a la Colonia Yucatán, en donde las casitas eran de madera, con costaneras, los techos y paredes hechos de triplay, y recuerdo que la nuestra contaba con jardín al frente y unas rejas de varillas de madera.
Esta casita estaba muy bien arreglada, pues había sido ocupada antes por un profesor de la escuela. Afortunadamente, antes de entrar nos avisaron que adentro habitaba una víbora Oxcan, ¡¡¡dizque para atrapar ratones!! ya se podrán imaginar la sorpresa y mis miedos. “
“ Colonia Yucatán tenía en ese entonces una escuela grande, una bonita iglesia, una cancha de juego, un parque con sus gansos, un cine al aire libre, juego de boliche y una nevería. “
“Pasados algunos años y debido a que los gastos de educación de mis otras hijas que entonces ya se habían trasladado a Campeche y a Mérida, mi esposo Rubén inició un pequeño comercio en un anexo de la casa que habitábamos donde vendíamos: radios, relojes, bicicletas y refacciones entre otros artículos del hogar. Fue la primera tienda de su tipo en la Colonia Yucatán.”
“En este lugar vivimos momentos muy felices durante 20 años, con muchas comodidades a pesar de ser un lugar retirado en medio de la selva. “
“Posteriormente nos trasladamos a Zoh Laguna en el estado de Campeche, atendiendo la empresa un cambio que solicitó mi esposo, mismo que cuando se dio, tuvimos que trasladarnos en avioneta con mis hijas más chicas y me dije ¡no puede ser! otra vez al monte ¡ ¡ de aquí tenemos que salir ! Allá solo estuvimos un corto tiempo y apenas se pudo, salimos en noviembre de 1963, pues a mi esposo le dieron un trabajo en las oficinas que la maderera tenía en la ciudad de Campeche, lugar donde echamos raíces y donde vivimos muchos años juntos, hasta su fallecimiento.
Hasta aquí el relato de doña Gladys con el que obtuvo en el 2014 un tercer premio en el certamen literario con su escrito denominado “Eternas Memorias” , a que convocó el Gobierno del Estado de Campeche bajo el lema “ Cuéntame tu vida” , con el fin de rescatar parte de la memoria histórica de ese hermoso estado hermano, así como fomentar la creatividad y abrir espacios de expresión al talento de los adultos mayores.
En sus Eternas Memorias doña Gladys rememora parte de su infancia.
“Yo viví parte de mi niñez en una parte de la ciudad de San Francisco Campeche, donde se encuentra el Puente de los perros, ahí estaba mi casita; es ahí donde vi la luz primera un 17 de enero de 1925, en este bello y tranquilo lugar de Campeche, tierra de leyendas como dicen los poetas.”
Doña Gladys Prego, cuenta actualmente con 98 años de edad y goza de una buena salud y excelente memoria.
Tuvimos la oportunidad junto con Jonathan González y Manuel Núñez de conocerla y saludarla en la ciudad de Campeche en su bonita y agradable casa ubicada muy cerca del malecón , durante los primeros días del mes de abril, como punto final de un rápido viaje que realizamos al poblado de Zoh Laguna.
Después de degustar un rico pan de cazón estilo Campeche y tomarnos la foto del recuerdo en compañía de sus hijas Gladys, María Elena, Emma, Elsa, Betty y Miriam, todas nacidas en Colonia Yucatán a excepción de Miriam, así como de algunos de sus yernos, nos despedimos para tomar el camino rumbo a nuestra querida y calurosa ciudad de Mérida.
Por: José Antonio Ruiz Silva.
Asociación de Cronistas e Historiadores de Yucatán A.C.
Abril 24, 2023.