Editorial El Problema Nacional de la Industria Forestal en México en 1950.

Para los amigos coleccionistas de noticias de Colonia Yucatán, La Sierra y Zoh Laguna les comunicamos que a partir de hoy miércoles 24 de mayo de 2023, estaremos publicando en este grupo de Facebook Colonia Yucatán (La época dorada ) diversos artículos tal como aparecieron en las  ediciones de la Revista Frente a la Selva durante los años de 1950 y 1951, todas ellas a cargo de las Compañías madereras, principalmente de Maderera del Trópico.

Algunos de los artículos son demasiado largos y cuando sea el caso los dividiremos en dos publicaciones consecutivas para no cansar al lector.  Otros artículos no están ilustrados con fotografías, pero los acompañaremos con alguna o algunas que nos dé una idea del contenido del escrito. Esperemos sea de su interés .

Empezaremos con la editorial publicada en la revista número 2 correspondiente al bimestre  marzo-abril de 1950.

Revista “Frente a la Selva”

Marzo-abril de 1950.

Numero 2. México D.F.

En la portada.

Almacén de madera de la fábrica de triplay de la “Maderera del Trópico”

Editorial

El Problema Nacional de la Industria Forestal

 Acaba de aparecer en magnífico volumen de 557 páginas un resumen de las Conferencias de Mesa Redonda, presididas por el Lic. Miguel Alemán, Presidente de la Republica. De esta valiosa obra, vamos a reproducir en dos notas editoriales la “Exposición General” y la “Explotación e Industrialización de la Madera”. En subsiguientes números publicaremos los puntos de vista de las Asociaciones Madereras del País, que fueron expresadas por el Ing. Alfredo Medina Vidiella, que para tratar el Problema Nacional de la Industria Forestal, se reunió en la ciudad de Campeche el 22 de abril de 1946.

Exposición General.

  1. El estudio de las realidades de nuestra riqueza forestal, de los problemas que implica su explotación y de las soluciones adecuadas, tropieza inicialmente como un obstáculo grave de carácter fundamental: la ausencia de un inventario de la riqueza y la carencia de suficientes datos estadísticos sobre su aprovechamiento, formulados con rigor técnico, en forma sistemática y dados a conocer públicamente y con regularidad.
  2. Esta dificultad, desafortunadamente no se presenta tan solo en relación con las cuestiones forestales propiamente dichas, sino que, en mayo o menor grado afecta en términos generales a toda consideración o examen del patrimonio nacional representado por las riquezas naturales.
  3. De la superficie total del territorio nacional, que suma 1’963,678 kilómetros cuadrados, aproximadamente el 10 por ciento, es decir, 200,000 kilómetros cuadrados en cifra cerrada, está cubierto de vegetación, cuyo aprovechamiento inmediato sería factible, aunque con las limitaciones debidas, si bien una superficie varias veces mayor es susceptible de explotación una vez que se incrementen los consumos y se diversifiquen los empleos industriales de las especies actualmente poco explotadas.
  4. La situación jurídica que prevalece actualmente en relación con la propiedad, la posesión , el usufructo y la explotación de la riqueza forestal, es incierta, en virtud de que las distintas dependencias gubernamentales que tienen atribuciones y facultades para considerar y decidir sobre el particular, no han notificado su criterio al respecto, y lo que es más grave, porque no se ha logrado definir con exactitud el estatuto jurídico que debe regir cada una de las formas posibles de aprovechamiento de la riqueza forestal.
  5. En primer lugar, se está en presencia de una situación general de indefinición del derecho a la propiedad forestal. Las disposiciones frecuentemente contradictorias de las legislación agraria, de la legislación forestal y del derecho positivo en materia de sociedades mercantiles, no concuerdan sobre los mínimos técnicos indispensables para precisar con absoluta definición, asuntos tan importantes como el de la determinación de la pequeña propiedad rural forestal, el de la posibilidad concreta de la explotación forestal por personas morales, el del tipo de sociedades mercantiles que pueden ser propietarias de fincas rústicas con fines de explotación forestal y así sucesivamente, sobre multitud de cuestiones de importancia fundamental.
  6. Los regímenes jurídicos que establecen las leyes para la posesión, el usufructo y la titulación de derechos reales sobre fincas rústicas forestales son lamentablemente confusos, en virtud de que la legislación en rigor no ha sido objeto, hasta ahora, de un estudio concienzudo con propósitos de sistematización, de unificación y de coordinación, con objeto de impedir la oposición entre los mandamientos de diversas leyes y alcanzar la armonía legislativa indispensable para la seguridad de los derechos que reglamenta y para la normalidad de su ejercicio.
  7. Sustancialmente, el principal motivo de confusión sobre estos asuntos, radica en la indefinición conceptual y práctica de lo que debe entenderse por explotación forestal, propiamente dicha, concebida primordialmente en su aspecto industrial. En efecto, la cuestión relativa a lo que debe entenderse por explotación forestal, en contraposición o, cuando menos, separadamente entendida de lo que debe concebirse como explotación agrícola, no ha podido ser resuelta en la legislación vigente, ni menos aún en la práctica administrativa. Es obvio que las explotaciones forestales, por su naturaleza intrínseca, por sus sistemas de trabajo y por sus finalidades, son claramente distintas de las explotaciones agrícolas. Lamentablemente, este hecho no ha podido ser discernido ni aclarado como decimos antes, en la legislación, ni en la práctica de la administración.
  8. El aprovechamiento de los bosques y, en general de la riqueza forestal nacional, no han sido hechos con la intensidad ni con el sistema con que se han realizado los trabajos de explotación de otras riquezas naturales, como por ejemplo, la agrícola o  la minera. Con contadas excepciones, la explotación forestal para consumo doméstico ha consistido primordialmente en el aprovechamiento de bosques de coníferas y de maderas corrientes en general, para la satisfacción mínima de las necesidades elementales de la industria de la construcción, de algunas de fabricación como la mueblera y de las necesidades especiales de obras de servicio público, como la construcción de ferrocarriles. Además, se han venido haciendo explotaciones de alguna consideración de especies idóneas para la fabricación de pulpa de madera y celulosa, destinadas a la industria papelera; y por último, se han aprovechado algunas especies peculiares y determinados subproductos, como el hule, el guayule, la candelilla y las resinas naturales.
  9. Otro de los errores más graves, por sus consecuencias, en que se ha incurrido inveteradamente, ha consistido en no haber reglamentado las explotaciones forestales dentro de un programa de ordenación nacional de los recursos y de la satisfacción de las necesidades domésticas en primer lugar, y de las posibilidades de exportación por excedentes.
  10. En efecto, las explotaciones forestales han sido hechas sin sujeción a ningún programa que, tomando en consideración la distribución y volumen de nuestras reservas, debidamente clasificadas por especies, localización y accesibilidad, reglamente los aprovechamientos, limite la intensidad de las explotaciones, ordene la distribución de los productos y garantice la satisfacción de nuestras necesidades, sin merma de la integridad y la conservación de la misma riqueza.

Continuará…

José Antonio Ruiz Silva.

Asociación de Cronistas e Historiadores de Yucatán A.C.

Mayo 24, 2023.