“En una ocasión cuando aún trabajaba en la fábrica de triplay, me cita en su oficina el Ing. Zamudio, quien ya me ubicaba como jugador y pitcher de beisbol , debido a que nos había visto practicar este deporte en el campito que se encontraba dentro de las fábricas a un ladito de unas bodegas y me dice con estas palabras que nunca voy a olvidar : Jaime necesitamos una persona que promueva el deporte acá en Colonia Yucatán, para los niños y las mujeres, para las esposas de los trabajadores, para que así tengan en que divertirse, ver, gustar, para que puedan entretenerse, pero hay un pero, que no sabemos si lo vas a aceptar, ¿Cuál pero ingeniero?, Lo que vayas a fomentar acá, no se te va a pagar ningún centavo extra por ese concepto y le dije: a mí no me importa eso, lo que me importa es lo que me dice y lo haré con muchísimo gusto, ingeniero. Si usted se fleta, yo porque no.”
“Entonces empezamos a ver la manera de cómo organizar algún campeonato y de organizar primero un equipo de beisbol, que era mi especialidad. Apenas hube armado un equipo, me mandaron una caja con algunos uniformes que contenía una carta del Ing. Medina donde nos felicitaba por ello, pero aún no empezaba nuestra grande aventura. Para el equipo escogí entre todos los trabajadores a los mejores jugadores que decían serlo, empezamos a entrenar todos los días durante las tardes, nos proveyeron de uniformes, les hablé y preparé mentalmente como ganadores, aunque aún teníamos carencias de útiles deportivos y zapatos y así organizamos nuestra primera salida al vecino poblado de Kantunilkin, para enfrentarnos en un partido amistoso a un equipo de ese lugar. Ese juego lo ganamos pitcheando por nosotros Arturo Tello y por Kantunilkín un tal “Nicho”. Recuerdo que –como se acostumbra en los pueblos– después del juego nos invitaron a comer frijol con puerco, pero resultó frijol con tejón asado, muchos de nosotros no lo supimos hasta después, creemos que nuestros anfitriones no lo hicieron con alevosía, simplemente nosotros no estábamos acostumbrados a comer tejón .”
“Posteriormente a escasos ocho días concertamos otro juego con un equipo de Espita al que también ganamos. Así fuimos acoplando nuestro equipo; estamos hablando de 1946 cuando apenas tenía unos pocos años de fundada la Colonia Yucatán.”
“Jugamos contra Tizimín al que también ganamos y ya desde entonces el equipo se llamó “Maderera del Trópico”; ese juego nos dio algo de fama y ya existíamos en el ámbito regional como un buen conjunto, y cuando lo supo el promotor deportivo Jorge “Primo” Abraham que estábamos jugando una pelota fuerte, nos escribió desde Mérida para convocar a una reunión en Tizimín con el fin de organizar la Liga Oriental de beisbol, y fue así que junto con el “Negro” Aguilar de Valladolid, Cástulo Novelo de Panabá y los equipos representativos de Isla Mujeres e Izamal se formó esa Liga. Todos estos equipos contaban con buenos refuerzos de Mérida y otros lugares, menos Maderera del Trópico que se ufanaba de contar sólo con obreros y empleados de las fábricas y oficinas. “
“Este equipo estaba conformado como sigue: como cátcher Abraham Martin, lanzadores Arturo Tello y Jaime Contreras; primera base, Claudio Carbajal, no recuerdo quien cubría la segunda base; tercera base, Diego Núñez; jardinero central “Nacho” Berzunza; Arsenio Cetina, entre otros y así empezamos a jugar y ver florecer el equipo como resultado de los entrenamientos que teníamos los martes y jueves después de las tres de la tarde, al salir del trabajo.”
“Al poco tiempo llegó a Colonia Yucatán el “Chivirico” Cardeña , quien se casó y también se quedó a vivir entre nosotros . Luego llegaron Alvar Peniche y Miguel Vázquez, ya era 1955. Con ellos cerré el equipo y empezamos a jugar en todos los campeonatos; ganamos en 1957 y en 1959 el campeonato de la Liga Oriental, que luego volvimos a ganar en 1967.”
Tomado del libro: Colonia Yucatán: Decadencia y Migración ( La historia de sus hombres y mujeres exitosos) José Ruiz 2013.
José Antonio Ruiz Silva
Asociación de Cronistas e Historiadores de Yucatán A.C.
Marzo 27, 2024.
